Nuestra mente es tan universal como salvaje. Todos tenemos una, pero rara vez elegimos en qué piensa, cómo se siente o a qué atiende. Un manojo de malos hábitos la controla y, con demasiada frecuencia, sus caprichosos disparates dictan cómo vivimos. O, al menos, eso es lo que ocurre hasta que empezamos a meditar. La meditación es un entrenamiento, pero mental. Y dista mucho de “poner la mente en blanco”. Al contrario, al meditar hacemos algo mucho más práctico: desarrollar cualidades como la atención plena, la compasión y el optimismo; y gestionar dificultades como el estrés, la ansiedad y los pensamientos obsesivos. Si nos entrenamos con la suficiente frecuencia, estas capacidades dejan de ser eventos mentales pasajeros y se conviertan en nuevos hábitos. Es como hacer pesas, salvo que el músculo es el cerebro y la mancuerna, la técnica que practiquemos.
Siéntese en silencio durante unos minutos todos los días. No tenemos que llamar a esto meditación, porque puede ser un poco intimidante. No tiene que sentarse con las piernas cruzadas. Debe cerrar los ojos. Su cerebro puede volar a cien millas por hora, pero no diga ni haga nada. Simplemente siéntese cómodamente y respire durante unos minutos.
Controla tus pensamientos: tienes que pensar que, el estado natural de nuestra mente, es el pensamiento. Es normal, por tanto, que durante la meditación (y sobre todo al principio) aparezcan pensamientos en tu mente pero lo importante es que no te dejes llevar por ellos y, si lo haces, en cuanto seas consciente, retornes a tu punto de concentración para recuperar el equilibro. No luches contra ello, simplemente, sé consciente de lo que sucede en tu mente y recupera tú el control.
Como toda práctica, la meditación es el entrenamiento de una habilidad. Y la habilidad que entrenamos con la práctica de la meditación es el control de nuestra atención . Cuanto más control tengamos sobre nuestra atención, mayor control tendrá nuestra mente consciente sobre la inconsciente.
Esto es importante porque el 90% (aproximadamente, obviamente) de nuestras acciones son hábitos inconscientes ; desde qué desayunamos hasta cómo respondemos frente a un problema, son hábitos de comportamiento y hábitos emocionales que a su vez determinan en gran parte el curso de nuestra vida; hay por supuesto factores externos sobre los cuales no tenemos control, pero como bien lo señala la filosofía estoica , siempre tenemos control sobre nuestra respuesta ante esos factores externos. Ante un mismo estímulo, dos personas pueden reaccionar de maneras completamente distintas.
La esencia de la meditación consiste en encontrarse con el espacio de silencio que existe en medio de la actividad mental. No se trata en absoluto de intentar dejar la mente en blanco, sino de atenuar el flujo constante de pensamientos. La tarea principal de la mente es la creación de pensamientos, unos 70.000 por día aproximadamente. Nuestro ritmo de vida actual nos lleva a saturar nuestra mente de pensamientos. Estos incluyen temas relacionados con la casa, trabajo, familia, tareas, obligaciones, etc. Esta estadísticamente probado que un 60% + de estos pensamientos son una réplica de aquellos del día anterior, los mismos de la semana anterior, mes, año e incluso décadas pasadas.
No existe una manera correcta de meditar, pero después de hacerlo por mi cuenta durante un largo período de tiempo, me gustaría dejarte algunas recomendaciones :
- Encuentra siempre una posición cómoda, ya sea sentado o acostado y en tu silla, sofá o rincón preferido.
- Intenta no forzar ni resistir. Meditar no consiste en hacer, sino en dejar ser.
- Sé constante, el secreto de esta práctica es la regularidad.
- Entender que los beneficios de la meditación aparecen fuera del momento de meditación, en tu día a día, y que normalmente los notan en ti las personas de tu entorno.
- Sonríe y disfruta del momento. Cada meditación es única y no habrá otra igual.
Con el tiempo y la constancia, la meditación acaba por proporcionarte grandes beneficios
La meditación mindfulness o conciencia plena tiene múltiples beneficios para los que la practican, estos son solo algunos:
Aumenta la productividad.
Aumenta la creatividad.
Aumenta la capacidad de concentración.
Aumenta el pensamiento profundo.
Aumenta la empatía.
Aumenta la energía.
Mejora la capacidad de atención.
Mejora la calidad del sueño.
Mejora las relaciónes personales.
Mejora la salud cardiovascular y respiratoria.
Estimula el sistema inmunológico.
Regula el apetito.
Puede reducir dolores crónicos.
Disminuye los niveles de cortisol.
Disminuye el estrés.
Disminuye la ansiedad.
Disminuye la presión arterial.
Mejora las habilidades para la resolución de problemas.
Conduce a un pensamiento más racional y unas decisiones más acertadas