Rutas de senderismo

Ruta paseo fluvial de carregal

Esta ruta abarca el paseo fluvial al lado del río Carregal a su paso por la localidad de Teixeiro (Curtis). Se trata de una ruta sencilla y apta para todos los públicos con una particular belleza bajo el paso del bosque de ribera situado en terreno llano en la cuenca alta del río.

Se sitúa cerca del “Centro de Interpretación dos Valores Etnográficos do Mandeo”, donde se puede visitar una exposición permanente con una museografía moderna e interactiva puesta al servicio del visitante que mediante la experimentación y la observación podrá aprender cosas por sí mismo sobre los valores que definen la zona y la cuenca fluvial del río Mandeo.



Ruta da Carballeira (Sobrado dos Monxes)

Se encuentra en Sobrado dos Monxes, un municipio de la provincia de A Coruña, que limita con Curtis, Melide, Boimorto y Guitiriz (Lugo).

Comienza al lado la plaza del Ayuntamiento donde podremos aparcar nuestro coche. Empezamos subiendo por la carretera AC-934 dejando a nuestra derecha el Monasterio de Santa María de Sobrado del siglo X hasta llegar a un desvío con indicaciones a la Ruta da Carballeira.

Los primeros 500 metros son por asfalto hasta llegar a un camino con pequeños muros de piedra a los laterales cubiertos por verde musgo, y rodeados de carballos y de acebos.

Continuamos por un camino entre árboles hasta llegar de nuevo a la carretera AC-934 donde podremos ver una bonita panorámica del Monasterio, así como del pueblo.

A partir de aquí seguiremos por acera 700 metros en dirección a la Laguna de Sobrado. Una vez allí disponemos de una pasarela de madera y un par de puentes para poder bordearla, en esta ocasión completamente llena de agua debido a las continuas lluvias de todos estos días. Una vez terminado el recorrido por la pasarela regresamos por nuestros mismos pasos hasta llegar a un pequeño cruce entre las casas, señalizado también con la marca de Camino de Santiago (Km 61,043), la cual debemos seguir.

Una vez pasemos todo el grupo de casas llegaremos a otro desvío a mano izquierda perfectamente señalizado, muy cerca del Monasterio.

Nos adentraremos en la segunda zona sin asfaltado, un camino rodeado de árboles y con una alta muralla de piedra a nuestra derecha. Terminada esta zona saldremos de nuevo a la carretera general donde en un par de metros nos encontraremos con una pequeña zona de descanso con varias mesas de madera, el último tramo se hace por la acera justo al lado de la carretera AC-934 hasta llegar al coche.

En definitiva, se trata de una ruta circular muy fácil de seguir ya que consta de buena señalización en la que pasaremos una agradable caminata. 




Sobrado dos Monxes (A Coruña)

Es un municipio de la provincia de A Coruña, que limita con Curtis, Melide, Boimorto y Guitiriz (Lugo).

Comenzamos en la plaza del Ayuntamiento de Sobrado dos Monxes donde podremos aparcar nuestro coche. Empezamos subiendo una carretera dejando a nuestra derecha el Monasterio de Santa María de Sobrado del siglo X.

A escasos metros ya nos encontramos con indicaciones para la ruta das Carballeiras. Continuamos por un camino a la derecha hasta toparnos con dos desvíos, uno pequeño a la derecha con un muro de piedra, y otro a la izquierda en ascenso que es el que cogeremos.

Este tramo lamentablemente cuenta con mucho eucalipto y silvas que afean bastante el paisaje. Pasados unos kilómetros llegamos a Sierra Bocelo cerca del pueblo de Moruxoa a 713 metros de altitud, donde nos encontraremos el famoso Dolmen do Forno dos Mouros, una estructura megalítica del tercer milenio antes de Cristo, formado por una losa horizontal sostenida por otras siete pilares.

Seguimos caminando por un pequeño camino hasta encontrarnos con una pequeña fraga de castaños y robles. Finalmente tendremos que caminar dos kilómetros por carretera asfaltada hasta llegar de nuevo al monasterio. Muy cerca del monasterio podremos visitar la laguna de Sobrado construida en el siglo XVI y que cuenta con una superficie aproximada de 10 hectáreas.

Esta ruta a nosotros no nos llegó a convencer del todo, ya que no cuenta con demasiada naturaleza autóctona, salvo un pequeño tramo de castaños y robles. Además nos cruzamos varias veces con cazadores y perros de caza por la zona, donde se podían oír perfectamente los disparos a lo lejos.




Fervenzas da rexidoira ( oza dos rios )

Una senda de pequeño recorrido, ya que son solo 1,3 km de ruta circular, en la que la dificultad se incementa.

Es la conocida como SM- 17 Ruta das Fervenzas da Rexidoira, se ubica en Oza - Cesuras y pertenece al proyecto Sendas del Mandeo ( SM ) dentro de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo.

Se llama " das fervenzas  " porque en ella nos iremos encontrando cuatro de estas cascadas, a cual más bonita, que hacen de este sendero un trayecto de lo más atractivo.

Hay tramos algo resbaladizos, así que ve con cuidado, sobre todo en primavera e invierno, cuando las lluvias hacen crecer el caudal de las fervenzas,pero también convierten el camino en algo más dificultoso.




Ruta dos muiños do rio das Gándaras (  Vilasantar )

Ruta que transcurre entre molinos, batanes y frondosos bosques de ribeira.

Son 6,6 km de recorrido lineal, con algunos tramos asfaltados, en los que podemos acercarnos no sólo a la naturaleza de Vilasantar, si no a su patrimonio cultural, como la Iglesia de San pedro de Mezonzo.

Por elcamino  se pueden encontrar algunos animales paciendo libres, sobre todo caballos y vacas.




Ruta de senderismo Val do iso ( Arzúa )

ruta de longitud media de 8,6 km y circular que parte del área recreativa de Ribadiso en Arzúa. Aquí se puede visitar el albergue y el puente de Ribadiso del s xII.

otro punto de partida sería la Capela da Magdalena, donde se enlace con el camino Francés a Santiago.

La ruta pasa por varios puntos reseñables, como el Museo Etnográfico de Painza, el Molino del Capelán y el cruceiro do Viso y muchos otros como el Castro Curbín de la edad de bronce o la Fonte da Quenlla ( con leyenda incluida ).

A nuestro regreso a la zona de inicio podemos descansar en elárea recreativa, con merenderos y parque infantil





La cocina Marroquí y su historia

 La historia gastronómica de un país se va forjando con la influencia de las distintas culturas que van pasando por su geografía y el paso de tiempo. En este caso la comida marroquí resulta de una fusión entre la cultura Amazigh ( bere - bere ), árabe y mediterránea. Posee un carácter familiar y una elaboración muy casera.

Marruecos, el Occidente de Oriente, frontera con Europa, se ha convertido por méritos propios en el destino más fascinante del Magreb. Salvaje, orgulloso e introvertido, pero a la vez abierto y hospitalario; profundamente tradicional y religioso sin renunciar a la modernidad; con una división geográfica y étnica que ha permitido la conservación de costumbres locales, pese a las diferentes colonizaciones sufridas; ciudades imperiales y cosmopolitas que contrastan con pueblos anclados en el tiempo; identidad políglota que despierta fascinación y revela manifiestas singularidades; donde la costa da la mano a la montaña, el frío al calor, el desierto al verde más intenso y la sequedad a la fecundidad.

Dotada de grandes riquezas naturales, su territorio siempre fue deseo de otras civilizaciones a lo largo de su historia, y así fenicios, cartagineses, romanos y árabes arribaron a él por mar y tierra, dejando su impronta que se ha mantenido a lo largo del tiempo. Ya sea en el Mediterráneo, el Atlántico, en las montañas, en la meseta del interior del país o en el Sahara, cada pueblo, ciudad y región tiene una singularidad que la caracteriza, una historia, cultura, tradiciones, costumbres y gastronomía diferentes que enriquecen este maravilloso país emergente.





La cocina marroquí empezó a gestarse en el siglo XIV, en los palacios de las dinastías Amazigh  dominantes, las pródigas cocinas palaciegas constituyeron el medio a través del cual se introdujo nuevos ingredientes y recetas en las cocinas domésticas.

Las mujeres siempre fueron cocineras, e incluso en la actualidad, en los palacios de la actual monarca y en las cocina de los restaurantes, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo en las cocinas, en la actualidad, la escuela de cocina Real, creada por el anterior rey Hassan II en el complejo del palacio de Rabat, continúa la tradición de modo que se erige como lugar de aprendizaje de los futuros chefs, así como de los cocineros domésticos.

El banquete marroquí, denominado diffa y gestado en los palacios, constituyen un ejemplo del talento de los cocineros marroquíes, en los que los miembros femeninos de las familias preparan los platos, bodas, nacimientos y festividades religiosas constituyen diferentes ocasiones de celebración, se ofrecen generosas diffas con ocasión del retorno del peregrinaje de los fieles, procedente de La Meca.

Los comensales se sientan en lujosas divanas con cojines de múltiples colores, y se dispone un importante número de platillos en mesas bajas redondas, antes de que se sirva la celebrada bisteeya, la famosa empanada de paloma se creó hace muchos años en las cocinas del palacio, y se considera una de las más importantes consecuciones culinarias de la cocina marroquí.




Le siguen los tajines de carne, pollo y pescado, incluidos uno o diversos tajines dulces a base de fruta y miel, como el tajín de pollo, limón y aceitunas, el de pollo, albaricoques y miel, el de cordero con huevos y almendras, el de cordero con dátiles, el de buey con manzanas y pasas y el de pescado entero relleno de dátiles con almendras y acabado con una costra de almendras.

Los platos se aromatizan con hierbas y especias, agua de rosa y de azahar perfuma algunos de ello, además por encima se esparcen semillas de sésamo y almendras tostadas, luego le sigue el cuscús, como mínimos dos tipos, uno de ellos con cordero, que se endulza con frutas y miel y finalmente se sirven fuentes de fruta sobre hielo y se concluye con té a la menta, que se sirve con una gran ceremonia.

Los platos pasaron de las cocinas de palacio a las más humildes a lo largo de los siglos, lo que hizo que la cocina marroquí adquiriera una reputación formidable.







Gastronomía galega II

 Polos ríos galegos comenza a subir a mediados de febreiro o  mais perfecto dos peixes fluviais,  o  salmón. Nunca foi abundante e tamén é  falso que existan  documentos nos que se dí, que xentes que traballaban cerca dun  río salmonero, pidiesen os seus  amos que no lles desen salmón mais de duas veces a semana.

Para un día de pascua  queriao  o rey Alfonso o Sabio e o  seu antepasado Alfonso IX, estando en Galicia con aquela dulce amante sua, a Ribeiriña, non logrou encontralo na sua mesa.

O número de salmones dos ríos galegos, desde o río  Eo ata o río  Miño, parece haberse mantido estable ao longo dos séculos.

O salmón entre os galegos cócese, ponse a  plancha, fríese e rechéanse  grandes pastelones. ignóranse  como eran as salsas que antiguamente acompañaban o salmón; actualmente son as conocidas internacionalmente, a maionesa, a bearnesa, a provenzal…

Polos ríos galegos sube tamén un pariente próximo do salmón, o reo, a troita ou a troita marisca. Cómese o salmón, pero  tamén ai  quen prefire os reos do verán, os agustios o agosteños, que suben polos ríos  Ouro, o Masma, o  Sor e o río Mandeo. Digamos que quizás é en Betanzos onde poden comerse os mellores reos de toda Galicia.

O gran número de  ríos galegos dan moi sabrosas troitas, que o galego come xeneralmente fritas, añadiendo ao aceite en que se fríen  un trozo de unto, e  unha pequeña loncha de xamón con blanco.

Outro peixe dos ríos galegos, o sábalo, da estupendos escabeches, que os fan maravillosamente na antigua Tui.




Galicia é rica en hongos, pero o galego non é micófago. Así coma non comeu angulas, sólo agora comenza a comer setas.

Galicia foi rexión de avellanos, as abelaneiras floridas das cantigas medievais, pero non de almendros, excepto en algún pequeno valle do sur. No obstante, gran parte da repostería galega básase na almendra, dende a tarta de Compostela a  de Modoñedo, pasando polos almendrados de Allariz e os bizcochos almendrados, como a colineta.

Galicia é rosquilleira e  en toda ela  sabense facer bizcochos, que veñen rotundos e ben bañados a  mesa nos días festivos.

Un dos  grandes postres dos galegos é o requesón, ben batido con azúcar. Xa dixemos que o arroz entrou en Galicia como postre. Ambos parecen estar en desuso, sustituidos nas mesas galegas polas tartas Standard das confiterías.




As filloas foron parte da alimentación propiamente dita e obra casi cotidiana na cociña, pero agora fanse de  postre, xa sea de  leite, xa de caldo de lacón, xa de sangre (botando  no amoado un caciño de sangre de porco, que lles da un feliz color tostado de Venecia cando s foi parco, como debe ser, na sangue). As filloas  comense  con mel, con azúcar ou se rechean de natillas ou pasta. Por carnaval  comeas toda Galicia, pero agora pode aquél ao que lle apetezcan, encontrarlas en moitos restaurantes da rexión. As filloas galegas son superiores e diferentes aos crêpes da Bretaña es sofisticadas crêpes Suzette dos restaurantes.





Galicia, país de castañeiros, no que  a castaña tuvo unha enorme importancia na alimentación humana, no  inventou ningún dulce de castaña. En algunas comarcas de montaña as comen cocidas, acompañadas de mel ou  noces. As castañas con leite non eran, nin son, postre, se non comida propiamente dita.

Son diversas as clases de castañas da regxón, unhas máis dulces, como as chamadas de paredes, e  outras, as picudas, as pedresas, máis fariñentas e boas para cocer e para o caldo, e son tamén varias as clases de cerezas: mouras, blancas, vilariñas, garrafaes…

Ai manzanas por doquier, reinetas, tabardillas, pero  levanse  a fama as camoesas, como entre toda a variedade de peras, as urracas e entre os melocotons as famosas pavías del Ribeiro.

Peladillos,  pésegos, diversas clases de ameixas, claudias reina, nísperos, e nos emparrados das comarcas vinícolas,  puedense  elexir de algún viñedo sabrosos racimos de albariño e de treixadura ou de terrantés.

No ai aldea sen a sua figueira, xa para os higos verdascos de San Xuan, xa para os roxizos miguelinos de comenzos do outono.

No se pode  olvidar a  Galicia naranxeira e limoneira, ni a  membrilleira, tan perfumada. Galicia tene naranxos que dan frutos perfumados, perfectos para mermeladas, tanto as naranjas agrias como as dulces. En la banda sur da península do Morrazo, na vecindad de Tui, recóllense naranxas de un delicado sabor.

Os limons galegos son excelentes  e na  cociña, o natural, usase  para adobos, para o arroz con leite e para as natillas.

Queda para outro lugar a Galicia queixeira, coa  sua gran variedade de queixos, pero entre os que triunfan,  los queixos de San Simón e os de  “tetilla”, que son a gloria mantecosa da  boca nos días invernais. Queixos das zonas montañosas, do Courel e  do Cebreiro, queixos dos cen valles, toda unha variedade queixeira que sorprende ao conocedor.





Neste breve resumen da gastronomía galega non podía terminar sin precisar que quizás a cociña galega teña tres grandes periodos: o antiguo, do que non se sabe moito, nin se coñecen o seus  recetarios (¿cómo comía un abad de Sobrado ou un conde de Lemos, su salmón de Pascua o rey Alfonso ou seus capones o obispo de Ourense?); o  periodo da cultura dos pazos, no que esta cociña  enriqueceuse notablemente e  refinouse, e o  periodo moderno; a cocina da burguesía galega do  século  XX, ampliada con recetas foráneas, traídas polos funcionarios civiles e os militares destinados ao nos país. En conxunto, repetimos, unha cociña na que entran excepcionales productos naturais, pero sin grandes fórmulas. Unha cociña a que dan variedade os mariscos, os diversos pescados, as verduras propias coma os grelos, e na que  producironse grandes sustitucions, non moi afortunadas, como a da castaña pola patata, por exemplo.

En fin, unha cociña moi diferenciada nos seus platos esenciales a de este rincón de España, lacoeiro, pulpeiro, lampreeiro, marisquiero, empanadeiro… na que as fames  antiguas fan que hoxe se celebren festas gastronómicas por doquier.

A sua historia data de moi antiguo; a primeira cultura que deixou a  su huella en Galicia foi a celta, a  que  sucedeu una profunda romanización.